Yo ya hace años que dejé de creer en la suerte. De hecho, creer en la casualidad es como pensar que abandonándose al azar conseguirás todo aquello que te propongas. [highlight background=’#f69180′ color=’#FFF’]La suerte se trabaja -a no ser que te toque la lotería, ya sabes, cada regla tiene su excepción-.[/highlight]
Cuando dejas ir la palabra «estrategia», siempre hay alguien que te mira como si estuvieras practicando brujería negra con tus clientes. Más allá de la realidad, disponer de una estrategia empresarial -o personal en la vida- responde a un claro principio de eficiencia empresarial. Es decir, si quieres conseguir X resultados, debes realizar X acciones para conseguirlos. Ya que si no haces nada, probablemente conseguirás lo mismo NADA.
Por ejemplo, imagínate que en tu tienda tienes un producto que por su tamaño no puedes exponer y lo tienes en el almacén hasta que alguien te pregunte por éste. Quizás pasen días, meses o años hasta que alguien pregunte por él. En cambio, si haces un mailing a tus clientas explicando que te ha llegado el producto X y que lo tienes en exclusiva en el almacén para clientes interesados, seguramente te empiecen a llegar preguntas (y posibles compras) en las siguientes semanas. [highlight background=’#f69180′ color=’#FFF’]Y este interés será la consecuencia de una acción realizada: un simple email.[/highlight] ¿Casualidad? ¿Suerte? Llámalo cómo quieras, yo lo llamo estrategia.
Cuando organizamos un taller o evento también debe haber una estrategia fijada para conseguir aquello que te has propuesto. Se trata de crear una estrategia respetuosa y basada en la honestidad y empatía con tus clientes. A continuación te ofrezco algunas de las claves para crear esta estrategia:
1) Establece objetivos realistas y mesurables.
¿Qué es lo que quieres conseguir con esta acción de comunicación? ¿Notoriedad en las redes? ¿Vender algún producto en concreto? ¿Presentar tu nueva marca? Márcate una serie de objetivos que sean realistas de conseguir y sobre todo que sean medibles. Y céntrate en esas acciones que te permitirán dictaminar si vas por el camino de conseguirlos, teniendo en cuenta tu estrategia establecida.
2) Segmenta tus acciones al máximo.
Cada evento debe ser para un tipo específico de cliente. Las acciones comunicativas generalistas que intentan abarcar el máximo de público no sirven, porque al ser genéricas tu público objetivo no se siente identificado. Tu taller o evento debe ser específicamente para un tipo de público con características similares y que compartan ciertos intereses en común. De esta manera podrás especializarte al máximo para cumplir la expectativa de este segmento.
3) Mide el ROI de tu acción.
¿Verdad que no invertirías a fondo perdido si no sabes qué te va a aportar dicha inversión? El ROI es el retorno de la inversión, es decir inviertes X en esta acción para obtener N ingresos. Tener claro este factor te ayudará a determinar los baremos de éxito y saber si vale la pena iniciar una acción de esta tipología.
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2 comentarios
A mi me gusta mucho una frase que ahora no recuerdo de quien es que dice algo asi «Cada vez creo más en la suerte y cuanto más trabajo más suerte tengo»
Qué buena Leticia! Me la apunto! 😉